por Pedro Czeslaw Venturo Korytkowski

Da miedo a veces el paisaje que invade la tímida mirada
soterrando los árboles y los cielos en el sótano magma
a oleadas , a marejadas; abandonado de balsas o respiros

Una mosca bulle en el lago de aire, estirándote la piel a la espina

El ruido de tus pasos cae guardando la salida
La piel del otoño crepita en la luz embarazada de nada
El río aleja el silencio de la boca a la ausencia

El fuego besó mis ojos blancos, blandos, fríos muertos todos ellos

El amor se repite a modo de una reproducción cinematográfica

Uso mis dos ganas para clavarme una flor del jarrón en el pecho

Quizá el paisaje
me siembre a mí.

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