por Kathy
Pero, esta vez, no iba de farol;
al día siguiente se afanó una cuerda
y, en lugar de rezar una oración,
mandó el mundo a la mierda…
El flaco se ahorcó el martes 8 de febrero, a las 11 de la noche, con la chalina que le tejió su madre hace 25 años. Según el parte policial, un par de horas antes tuvo sexo con Lili Marleen, una prostituta de 28 años y dos kilos de siliconas encima. La pequeña y oxigenada Lili le dejó un corazón dibujado con lápiz labial en el espejo del baño, y olor a aceite de cocina en sus sábanas desteñidas. Se encontraron dos copas al lado de su cama, una de ellas rota, y una botella de un cabernet sauvignon. Antes de eso, compró dos kilos de lomo fino en un supermercado y se los dio a su perro, que vomitó antes de terminarlos de comer (seguro eso pasa cuando se da carne fina a un estómago acostumbrado a buscar entre la basura de los chifas del barrio chino). El caso es que, salvo el hecho de que ganara cinco mil dólares al apostar diez verdes al rojo 16 de la ruleta del Altlantic, todo lo demás sucedió como el flaco dijo que debía suceder. El flaco era un hombre de palabra.
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