Instructivo: planos y lectura de la página
I) Introducción a los planos
Porque poner a todos los personajes siempre de frente es aburrido, en el cómic, como arte «visual y narrativo», se combinan los distintos planos –y vistas– y se encuadra en la viñeta. Veremos lo básico y principal:
Plano General Amplio (PGA)
Vista muy lejana y general de un «paisaje» –urbano, natural, el que sea–. Las formas importan más bien poco –o nada– y sirve para situar, de forma muy general, dónde se desarrolla la escena, o para ver algo «grande» que está pasando.
Plano General (PG)
Vista general de una escena donde aparecen detalles, también se usa para situar –ya en concreto– la acción, o enseñar lo que rodea a los personajes. Puede ser una calle, un interior de un local… Ya se pueden apreciar personas, etcétera.
Plano Americano (PA)
Corte sobre las rodilla –más o menos–, permite mostrar bastante del personaje –e incluir más de uno–. El personaje se antepone al fondo.
Plano Medio (PM)
El corte es por la cintura. Es muy usado para poner a personajes conversando entre sí, pues el acercamiento ya permite mostrar más detalladamente las expresiones faciales.
Primer Plano (PP)
Aparece el rostro de uno o dos personajes. Se corta más o menos, permite mucho detalle en el rostro y busca resaltar las expresiones.
Primerísimo Primer Plano (PPP)
La cabeza ocupa todo el recuadro, para resaltar la expresión –y dar fuerza dramática–, en tanto que la viñeta ya está ocupada por la cara, dejando poco –casi nulo– espacio para un diálogo. El «Plano detalle» es, básicamente, este, pero centrado en un objeto que se quiere enseñar. No hay que abusar de estos planos.
II) Lectura de la historieta: una aproximación
De la viñeta
¿Cómo se lee una viñeta? Pues exactamente igual que cualquier otro texto. Esto significa que depende del «idioma» –los hay que leen de derecha a izquierda o que tienen preferencia por la dirección vertical sobre la horizontal–. Cuando los personajes hablan, lo hacen dentro de «bocadillos» o «globos» y, para facilitar la lectura, hay que ordenar correctamente los mismos. Un ejemplo:
En ese caso, las líneas tal vez se cruzan demasiado. En general, hay que procurar no meter demasiado texto en una sola viñeta, solo si es necesario –por espacio o por historia–; hay que señalar necesariamente a quién le corresponde cada globo, ya sea con una «punta» –como se hace normalmente– o simplemente con una línea –en casos en que el texto no vaya rodeado por un globo como tal, en que este sea supuesto–.
Algunas reglas al hacer los bocadillos: Que no corten cabezas innecesariamente –y, si lo hacen, que sean de personas del fondo y no de personajes interactuando en la viñeta– o tapen personajes más allá de lo imprescindible; que no vayan de arriba a abajo o de izquierda a derecha por completo –nuevamente, salvo que no quede otra–. Los globos para pensamientos suelen ser nubes, los del texto ordinario –conversación o soliloquio– tienden a ser ovalados y los gritos o ruidos fuertes son «estrellas» –como el «1» y «3» en el ejemplo–. Con el globo –y la fuente– se puede jugar para caracterizar a un personaje.
De la página
La forma de lectura de una página de historieta no es independiente de la cultura-lengua, sino que depende de ella, por eso en nuestro idioma las historietas se leen de izquierda a derecha y de arriba a abajo. ¿Les parece una perogrullada? Hagan el favor de coger una historieta europea o americana y compárenla con una japonesa –manga– y verán que el orden y disposición de las viñetas para su lectura varía, pero en ambos casos se sigue la misma lógica –facilitar la lectura y asemejarla a la de un texto cualquiera–.
Algunos consejos con respecto a la página: en grande lo importante, en pequeño lo secundario; que la página guarde equilibro todo lo que sea posible –entre oscuros y claros–; que haya armonía entre las distintas viñetas y que las mismas no formen encuadres equivocados –tengan cuidado con la posición y perspectiva que le damos a cada viñeta que forme parte de una secuencia–; y no exageremos en la cantidad de viñetas –10, por ejemplo, tal vez ya sean demasiadas–.
Cada viñeta, por su lado, no es una obra independiente, sino que es parte de una narración más grande, así que la forma y posición de cada viñeta, su diseño interno –el plano y encuadre elegido, la composición concreta– está al servicio de la historia. Hay que evitar que un personaje en una viñeta parezca que se vaya a chocar consigo mismo en el siguiente recuadro, o que haga que el lector mire fuera de la página; más bien lo contrario: una secuencia bien realizada puede aumentar el dramatismo, aunque lo que se vea sea básicamente lo mismo –en esencia, por ejemplo, dos personas dialogando–. A veces podemos hacer una composición «incorrecta» si favorece a la historia. Si es posible, la última viñeta te debe dejar deseando ver la primera de la página siguiente.
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