Retin@
por Augusto Blasborg; ilustraciones de Inés G. Frutos
La Marcha Astrona no ha resultado este año menos apasionante por haber tenido que acudir en solitario; a fin de cuentas, el grupo de superheroínas que ayudamos a la multitud de participantes a lo largo del infernal recorrido propuesto por la organización terminamos por actuar de forma aislada, cada una haciéndose cargo de sus propios retos; tan agotadas acabamos, que normalmente ni siquiera tenemos ganas de reunirnos para brindar con una horchata por el trabajo bien hecho y un merecido descanso. Sin embargo, un día completo haciendo el Bien ha compensado la soledad, y eso a pesar de que mi nuevo traje profesional, diseño de Martian Ganimediani, la marca más chic del universo conocido, merece todas las admirativas miradas que mis compañeras tan bien saben dispensar. Lo peor del día, sin duda, las inevitables manchas verdes ocasionadas por el vómito de los alienígenas omnívoros de Carn Sabrosh.
Pero estoy divagando. Disculpad por tan dispersa entrada –creo que este informe no será el más objetivo–. Como me encuentro agotada, voy a reportaros las notas que he ido tomando durante el proceso. Pienso que la frescura de su inmediatez bien puede compensar los defectos de redacción.
Hora 0 de la MCC Marcha Astrona. Planeta Tierra. Llegada de los participantes menos escalonada de lo previsto (¿previsto por quién?, ¿por los políticos?). Empiezan los problemas de acceso de las naves al espaciopuerto. La organización a cargo de la Guardia Verde Intergaláctica (GVI) se ve ampliamente desbordada. Como de costumbre, somos requeridas las Siete Stupendas. Solo yo me presento. La alergia a las algas prensadas y a la soja modificada genéticamente está haciendo estragos en todo el planeta. Vista la situación, me pongo a disposición del oficial de la GVI, que me encomienda la seguridad de las cien primeras naves mientras lanza disimuladas miradas de admiración a mi nuevo traje. Así pues, me va a tocar la parte más dura.
Coloco la Entreprisas en una ruta paralela a la de los participantes y espero el comienzo de la Marcha.
Hora 1ª de la MCC Marcha Astrona. Me gusta la velocidad hiperlumínica porque me hace rejuvenecer respecto a las otras Seis Stupendas. La Marcha se desarrolla según lo habitual. Sólo una nave de las mías sale del hiperespacio en medio de una supernova en plena expansión. No es mi culpa. El resto, llegada a Orrión Oserión con pocos minutos de diferencia. Los hombres planta apenas se percatan de nuestra presencia, o eso parece; tomamos el material radiactivo que necesitaremos para repostar sin pagarles ni un crédito (a fin de cuentas, ellos no los utilizan, ni el material ni los créditos, estos AFV1), y continuamos las marcha.
Hora 2ª de la MCC Marcha Astrona. De nuevo los cometas han cambiado de lugar sin previo aviso ni causa aparente; Dios juega a las canicas. Siete naves averiadas y varios infartos (afortunadamente, los alienígenas RRRoman-tic’os poseen varios corazones de repuesto que nos han dispensado en pública subasta). Por otra parte, malentendidos durante la primera parada de avituallamiento: en el comedor, los O’Gros confundieron a los camareros con sus comentarios elogiosos… y con la comida. Intervención rápida y casi satisfactoria. Los supervivientes podremos volver el año que viene.
Hora 3ª de la MCC Marcha Astrona. Por algún error fatal en la comunicación ansible, la mitad de las naves detuvieron sus motores en pleno salto hiperespacial; ya se han mandado sondas a buscarlos. Dado que el espacio donde quizá se hallen recibe el nombre de espacio de probabilidades o algo por el estilo, pueden pasar años antes de ser encontrados, si lo son. Si alguien piensa que bastaría con que los desgraciados capitanes retomaran el salto, es que ignora todo sobre este nuestro universo multipresente.
El resto de los participantes, por entonces cuarenta y siete a mi cargo, llegan sin problemas al planeta Carn Sabrosh.
Para aquellos afortunados que no hayan oído hablar de dicho enclave, consignaré aquí que se trata de una antigua colonia-prisión donde una ya perdida raza de sibaritas fundamentada en el hedonismo condenaba a sus miembros acusados de cometer algunos de sus pecados nefandos, tales el vegetarianismo, el hamburguesismo o el ketchupismo. Hoy en día, tras milenios de mutaciones y endogamia, sobrevive allí solo una subespecie endógena que devora lo primero que encuentra, con la gracia de que solo se dedica a ello durante veinte segundos. La experiencia acumulada por la organización de la marcha y por mí misma nos lleva a proveer a cada participante con dos calabazas y una camisa de lino, manjares con los que aquellas criaturas se deleitan. Problema irresoluble: tras el atracón, el saludo ritual consiste en envolverte de pies a cabeza con sus vómitos verdes. Traje arruinado. Cuatro naves abandonan por enfermedad súbita… evito consignar detalles.
La mitad de la Marcha culminada.
Hora 4ª de la MCC Marcha Astrona. 42. El eco de ese número resuena en el interior de los nervios de cada ser vivo y en lo que tengan por dentro el resto de entes. Ahora que lo sabemos, ignoramos qué sabemos. Sólo sé que lo sé todo y, sin embargo,… ¿Por qué alguien tuvo que preguntar por el significado del Universo? Ahora que han calculado la respuesta, no dejan de emitirla en todas las frecuencias de espíritu, a pesar de la ausencia de oídos para comprenderla. Qué depresión.
Disculpadme la digresión, pero siempre son los peores momentos cuando atravesamos el sector filosófico del Universo Conocido. Otros quince participantes enloquecen y abandonan. Qué lástima, tan cerca como estamos del final.
Las ballenas de gas nos saludan agitando las aletas y se alejan majestuosamente al ritmo de la profundidad de sus pensamientos.
Aunque lo intento, el arpón láser del Entreprisas no consigue hacer blanco.
Hora 5ª y final de la MCC Marcha Astrona. Soportamos con estoicismo las risas de los planetas trillizos Cóm-Irón-Sarcást-ico! No entiendo por qué la organización insiste en incluirlos en la ruta; veinte de las veintisiete tripulaciones que aún superviso se someten a diferentes rituales de suicidio –con idéntico final bien que diferentes gradaciones de dolor y repugnancia–, al mirarse en el cruel espejo de sus miserias. Los Naudios, genéticamente sordos pero extremadamente sensibles, fallecen por el impacto de las imágenes y los Gaff’s por el del único meteorito que la GVI no había multado por exceso de velocidad.
Con cinco naves y la satisfacción de llevar supervivientes a la meta, soy recibida y condecorada por el presidente de la Tierra, tras lo cual ambos y los miembros de la GVI somos invitados sin posibilidad de rehusar a acompañar a la animadora a ejecutar los pasos de las danzas clásicas Aeróbic y Fitness sin fin; ejecutados los pasos y la animadora, el acto se acaba y todos a su casa.
Me voy a acostar, no sin antes colgar los hologramas en Retin@, tu red amiga, para compartirlos con las otras Seis Stupendas y contigo. Ya sabes, si visitas Retin@, ¡tus amigas se morirán de envidia! ¡No dejes pasar la oportunidad de ser la más frscgrf!
Nota: cuento realizado dentro de una de las actividades del taller.
1. AFV: «Atrasadas Formas de Vida», denominación dada por el Zoobotánico Nnyleo a la mayoría de seres extraterrestres en su clasificación de las exoespecies. (N. del T.)
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