por Carla

El otro día recibí la carta de un viejo amigo.

Puede que sea desfasado, pero unas palabras a mano tranquilizan mucho más que un mensaje de los de hoy en día… Esos que se meriendan la mitad de los vocablos.

Ahora, bien pensado…

Hay muchas cosas que han perdido el sentido. Ver a parejas, amigos o familia pegados a esos pequeños dispositivos en una cita… francamente, es desolador. ¿Y esos “te quiero” pegajosos junto a los besos? Nada, sustituidos por los emoticonos tan divertidos lanzando un beso. Que desperdicio…

Sí. Vale. La tecnología es la caña. Pero admitámoslo… ¿quién no tiene un teléfono en estos tiempos tan acelerados?

Es primordial que haya un ordenador en las casas, porque los niños necesitan de sus aplicaciones para descargar, escribir, buscar información, completar trabajos…

Nada, quita, quita, que los diccionarios y enciclopedias están muy vistos. Es que es teclear una palabra… y la maquinita te ofrece infinitas páginas para regocijarte en cultura. Cultura que muchas veces carece de una ortografía correcta. Ojo al dato.

Pero bueno… yo no digo mucho más.

Os estoy escribiendo a ordenador, y desde el móvil. Que hipócrita. Doy asquete.

En fin.

Chic@s, hacedme caso. Igual que siempre gustan más los regalos a mano y exudando esfuerzo, por favor… no olvidéis que, aunque la tecnología es y va a ser importante, siempre estarán las cartas de amor perfumadas, y los cuentos y novelas clásicos con mucho que desvelar.

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