por Kirke

Viaje de ida a tu cama
sin guitarra ni billete.
No hace falta nada de eso porque
eres tú mi destino, mi equipaje y mi pasión.
Si me pierdo estás ahí, faro que me guía
entre la niebla densa y oscura
que es del estudiante la vida.
Tu sonrisa es el arco y tu lengua la flecha
que avanza a la velocidad de la luz buscando mi cuello
y todo lo que él le muestra; locura máxima,
tu aliento en mi pecho, mi mano en tu pelo…

Viaje de ida a tu cama, tu cuerpo mi mapa,
tus sueños me dicen que ansiosa te hallas
porque conquiste tus tierras y junto a ti las reine.

Las cuerdas vibran con el roce de mi mano
y emiten la nota mágica que indica amor;
es tu voz el instrumento,
tu gemido en clave de sol.

Viaje de ida a tu cama sin esperanzas de volver,
porque no hacen falta, porque no se puede dejar el paraíso sin perecer. Ni muriendo tampoco
voy a dejar mi Edén; amada mía, nunca olvides
que siempre contigo estaré.

Llego de tierras lejanas, tus ojos alcanzo a ver,
mientras me sonríes y me dices:
«Conmigo quédate».

Tus manos me agarran fuerte,
tus pies lo hacen más,
atada estoy a ti, amor mío, no me voy a soltar.
Mi viaje de ida a tu cama concluye con rapidez.
He llegado a mi destino y en él puedo creer
en la existencia del amor, de la vida y del calor
que tu existencia, vida mía, han hecho de mí este escritor.

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