por Lidia M.; ilustraciones de Peper01_Nere

–El amor lo puede todo –le dijo la mano Derecha a la Izquierda.
Momentos antes, el cuerpo se había estrellado en el cuarto planeta, llamado Marte. Se despedazó, cayendo sus manos cada una en una parte del orbe. Estaban tristes porque no se encontraban juntas. Una de ellas, Derecha, nerea_01se había roto el dedo corazón, mientras que Izquierda se había roto el pulgar. Gritaban, pero nunca se oían. Estaban deprimidas.

Rodearon todo el planeta, pero siempre que Izquierda iba a la derecha, Derecha iba a la izquierda. Derecha pensó en quedarse en el sitio para que así Izquierda la buscara, pero Izquierda pensó lo mismo. Ninguna idea funcionaba. ¿Cómo podían encontrarse? La idea era que Derecha y Izquierda, una vez que se encontrasen, fueran a buscar al tronco y a sus otras partes, para poder así volver a ser un cuerpo completo.

Izquierda pensó en un nuevo plan. «En cuanto se haga de noche, Derecha dormirá, entonces será más fácil encontrarla porque estará quieta». Cuando se hizo de noche, Izquierda empezó a buscarla y, después de muchos intentos, ¡por fin se encontraron! ☺ Estaban muy felices. Una vez juntas, solo tenían que buscar al tronco y ya estarían todos juntos de nuevo. El caso es que ya habían buscado por todo el planeta varias veces y no habían encontrado ninguna otra parte del cuerpo.

Izquierda le dijo a Derecha:

–Se ve que rebotó el cuerpo en este planeta y fue a caer a otra parte.

–Pues tendremos que ir a buscarlo al siguiente planeta, Júpiter –propuso Derecha.

Ese planeta era mucho más grande que Marte, por lo que era más difícil encontrar al tronco. nerea_02Pero estaba claro que los pies también se habían soltado, así que no sería, en el fondo, tan difícil de buscar. Las manos se separaron para repartirse el trabajo. Pero no lo encontraban.

Cuando se volvieron a reunir, Izquierda preguntó:

–¿Cómo es posible, si no se puede mover?

–Yo creo que ha rodado mientras estábamos buscándole –sugirió Derecha–. Vamos a hacer lo mismo que hice contigo: esperamos a que anochezca y, como el cuerpo estará quieto y descansado, será más fácil encontrarlo.

Se hizo de noche y lo encontraron. ¡Genial!

Ya solo faltaban los pies y la cabeza. Ahora tocaba ir al siguiente planeta,nerea_04 Saturno, para buscar los pies. Este planeta tiene a su alrededor un anillo, y además de eso era gigante.

Empezaron a buscarlos. Como era un planeta grande, se dividieron las partes pero, como en todas las ocasiones anteriores, no les encontraron a la primera. Sabían perfectamente que era muy difícil hallarles porque ellos sí que se podían mover, y encima con rapidez. Así que decidieron hacer el truco de siempre, esperar. Cuando volvieron de buscarles por la noche, se llevaron una gran sorpresa, porque nadie les había encontrado.

–Pero esto es imposible –se extrañó Derecha.

–No te preocupes, los encontraremos –animó Izquierda. En ese preciso momento, escuchó algo y preguntó extrañada–: ¿Habéis oído eso?

Ellos respondieron al unísono:

–No, ¿qué has oído?

–Como una especie de grito, que se oía muy lejos –especificó Izquierda.

–Habrá sido tu imaginación – replicaron, quitando importancia.

Pero Izquierda escuchó de nuevo un grito, esta vez más claro. No era su imaginación. Y ya sabía de donde provenía el grito: del anillo que rodeaba al planeta.

–Es verdad, no hemos ido a buscarles por el anillo –observó Derecha.

Entonces se dirigieron a él, y allí se encontraban, dando vueltas entre el polvo como idiotas. Los gritos que Izquierda había escuchado provenían del pie izquierdo, porque había discutido con el derecho, y éste estaba pisándole.nerea_03

Una vez que hicieron las paces los dos pies, ya se habían juntado todas las piezas menos la cabeza, que suponían que estaba en el próximo planeta, Urano.

Cuando fueron hacia allá, se asombraron porque estaba todo el planeta inundado, y pensaron que no les iba a llevar mucho buscar la cabeza, porque flotaría.

Pero se equivocaban. No aparecía.

–Pues si no está en la superficie, se tiene que haber hundido –dedujo Derecha.

–Sí, tiene que estar sumergido, pero mejor lo buscamos cuando sea de día, porque si no, se nos va hacer imposible encontrarlo –propuso Izquierda.

–Esnerea_00 verdad, mejor esperamos a mañana –aceptó Derecha.

Mientras dormían, Derecha escuchó el sonido de cuando se explota una pompa. Despertó a los demás y les informó:

–He escuchado como si unas burbujas explotasen.

Observaron de donde provenían y bucearon todo recto hasta encontrar la cabeza.

¡Perfecto, ya estamos todos juntos por fin!

Nota: el cuento surge de una de las dinámicas del taller, donde se tenía que realizar una historia partiendo de unas palabras dadas.

Puede volver al índice de Lee Los Lunes nº 5 dando clic acá.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.