I

Tomate – triste – desierto

Érase una vez un hombre que se llamaba Tomate-Lauh, que vivía en su casa, situada en el desierto de un país Multicolor. Encontró una mascota ideal llamada Tomate (ya que era dicho vegetal). Se querían muchísimo, hasta que un día Tomate-Lauh quería hacerle gazpacho por hacerse salsa de tomate en la alfombra (se hizo pis). Tomate se puso muy triste y decidió huír hacia otro desierto, el de Manguinactus, localizado en el país de Nunca Jamás, donde nunca lo encontrarás. Y se quedó muy triste porque no tenía dónde vivir.

Posdata: Hay una rima by the faces.

II

Cebolla – alegre – selva

Había una vez una cebolla alegre en la selva. Y ella se perdía con don Pepino y una cabra. No saben dónde están hasta que se encuentran a un camello (el de la dronja) y él les dijo dónde estaba su amigo el pollo. Y fueron a rescatarle y se calleron al volcan mientras volavan en parapente, pero, resulta que era salsa de tomate y no les pasó nada. Se metieron en una cueva donde estaba el pollo atado y no se podía soltar, lo rescataron en plan Batman y G-I-JOE y lo consiguieron y se fueron felizes en amor y compañía cantando hasta patatata y cada mochuelo a su olivo.

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