TEC 17
El taller comienza con un juego muy conocido, que en principio debería resultar muy sencillo: un encadenado. Aunque hay varios tipos, el más fácil es el de las palabras, en el que se va construyendo una cadena de palabras; se da una palabra, y se coge la última sílaba/letra (la elección entre sílaba o letra se define previamente), de modo que la siguiente palabra se construye empezando con esa sílaba/letra, y así sucesivamente.
En vez de palabras, nosotros decidimos hacerlo construyendo una cadena de oraciones a partir del último sintagma contenido en el sintagma verbal (pero no dentro de otro sintagma, como complemento del nombre, del adjetivo, etc). Por ejemplo, en la oración:
“Juan tiene un oso de peluche”
el sintagma que cogeríamos sería el que hace la función de complemento directo (CD)
“un oso de peluche”
y no
“de peluche”
que hace la función de complemento de nombre (CN) o adyacente de “oso” dentro del CD.
Así, la siguiente oración válida sería, por ejemplo:
“Un oso de peluche es un juguete”
Y la siguiente:
“Un juguete es divertido”
Y así sucesivamente.
Con esto, entramos en el tema de la diferencia entre sintagmas y complementos, entre forma y función. Aunque al principio se quejaron, porque según ellos esto no era una clase de lengua, lo cierto en que la mayoría apreciaron el enfoque y admitieron que les servía. Seguimos adelante, no íbamos a dejarles ir tan fácilmente.
En los ejemplos, observamos que las oraciones son muy sencillas, pues el CD se convierte en sujeto de una oración atributiva o copulativa (Ser, Estar y Parecer), cuyo atributo se convierte a su vez en un sujeto de otra oración del mismo tipo. Llegados a este momento, aprovechamos para indagar si eran conscientes de la diferencia entre las oraciones copulativas y las predicativas, y, tras algún titubeo, se llegó a un acuerdo. Entonces continuamos la dinámica, pero esta vez las oraciones solo podían ser predicativas, es decir, descartábamos los verbos ser, estar y parecer (aunque los admitíamos en su forma plena, no como simple cópula, lo que llevó a otra discusión que no se cerró de momento, sino que debe continuar con más ejemplos).
Así, a partir de
“Juan tiene un oso de peluche”,
se construyeron oraciones del tipo
“Un oso de peluche se encontró en el bosque con una pera”
“Con una pera en la mochila empecé mi camino”
Y así sucesivamente.
En realidad, nos llevó más tiempo del esperado, pero cogimos con más ganas “Lizaploff”.