Primer día del Segundo Taller. No es tan fácil. ¿Cómo comenzamos? ¿Damos por hecho todo lo de la «sesión» pasada? ¿Y qué pasa con todos los nuevos? Por la calle del medio, viendo el pasado, el futuro y jugando en el presente. El primer día, como la entrada, separado en tres partes.

Como un libro

Una pequeña y divertida dinámica. Se repartió a todos los participantes una cartulina (de distintos colores) doblada; en el interior la misma contenía los típicos datos de la página de «créditos» de cualquier obra que se precie de tal (editorial, ISBN -inventado, por supuesto-, año de edición, etc.) y se contó cómo es una típica «pasta» de libro.

Acá tienen, muchachos y muchachas, la portada; aquí al lado, por su parte, pueden poner el título -aunque todavía no, que no tienen la obra, todo se andará-; acá, además, va el autor, sí, pongan de una vez el autor -nombre o seudónimo, a elección del obrante-; en la parte de atrás, o en la solapa, si es que la tiene, una pequeña biografía del autor o autora, según corresponda -sí, inventada si quieren, corta pero que diga algo, que eso es demasiado corto, así, bien por ahí, en tercera persona, mejor-.

La idea es que esa suerte de cubierta pueda ser usada para el resultado de la actividad «principal», y sirve como presentación.

¿Qué hicimos la pasada sesión?

leeloslunes01portadaCuando hablamos de sesión nos referimos a «curso», «año académico», «edición»… Ya entienden, que ustedes son listos.

Se presentó el fanzine «Lee los Lunes», cuyo primer número encuentran acá con total facilidad y descaro, quienes participaron en él contaron un poco -no demasiado- si les gustó -y a quiénes se lo mostraron, con generalidades-.

Así que vimos el pasado (lo hecho) para plantear el futuro: ¿queremos repetir con un fanzine? Parece que la idea fue aprobada por una abrumadora mayoría más que absoluta, ríase usted del Congreso de los Diputados y su actual configuración. El reto sobre la mesa quedó claro y aprobado. Así que prepárense para ver en sus casas «pronto» el segundo número de Lee los lunes.

Cuento

 nessaA continuación se leyó entre todos los ahí presentes el cuento «La herencia de Vesná» (que pueden encontrar en la sección de materiales), obra creada ad hoc para explicar las partes de una narración (las más típicas ordenadas de la forma más habitual).

El cuadernillo repartido, además de con el cuento propiamente dicho, contaba con unas fichas de personajes, ilustraciones de los mismos… también, nuevamente, para conectarnos con el mundo del cómic (no hay que separarse nunca del mismo) y para dejar clara la utilidad de una ficha (si se fijan bien, los garabatos del cuadernillo están en blanco y negro, mientras que en el cuento enlazado están a colores, cosas de la vida).

Se repartió, además, una ficha. La misma tiene «visualmente» los espacios separados para la introducción, nudo y desenlace, a la derecha aparecen lo que normalmente se encuentra en cada una de esas secciones de una narración (la ficha explica parcialmente lo que es cada una de las partes, y es lo que se explicó durante el presente capítulo del taller). No se equivoquen, la ficha no tiene por qué ser rellenada, es simplemente una guía.

  • Introducción: la primera parte de una historia. En ella se incluye la presentación del (los) personaje(s) principal(es); su(s) antagonista(s) y el (los) guía(s);
  • Nudo: se desarrolla la historia. Como alguno dijo, «la parte gorda del libro». Se da una huida, un cruce de frontera, información sobre la misión del protagonista, un viaje a por el arma, se llega a un lugar desconocido… puede ser o metafórico o literal (un arma no es necesariamente una espada, pero puede serlo);
  • Desenlace: o cómo rematar un cuento. Aceptación y entendimiento, por parte del protagonista, de la misión; éste resuelve el «acertijo», supera la prueba o como se haya planteado; se da el enfrentamiento final contra el antagonista; y vence y supera la prueba… también podemos incluir, en esta parte, el retorno triunfal.

Para explicar -y ver si se entendió la explicación- todo esto se analizó -mediante la vieja técnica socrática de preguntar y esperar la respuesta atinada, previo minidebate entre los participantes y gritos de «tú estás tonto» y censuras por parte de los monitores por el lenguaje empleado y la falta de argumentos- el cuento de «La herencia de Vesná», también se usaron ejemplos de otras obras, mostrando de paso el alejamiento referencial de los monitores con respecto a los alumnos (¿¡cómo es posible que -varios- no hayan visto El Señor de los Anillos!? no preguntamos ya por qué no lo han leído, ¡pero al menos las pelis!) y viendo cómo los clásicos (como Caperucita Roja) funcionan bien en todo momento y situación.

Trabajo para el siguiente capítulo: Los intereses son diversos, hay quien prefiere dibujar a escribir, quien quiere crear las historias pero no ilustrarlas, y quien decide un «yo me lo guiso, yo me lo como» global; así que los participantes se juntaron en parejas o se quedaron cual lobos solitarios de cara al próximo día con la siguiente misión: creen un cuento y hagan las fichas de los personajes y, si se atreven y tiempo tienen, hagan una historieta con eso.

Actualización: Pueden ver los resultados (al menos algunos) de este entretenido ejercicio acá.

3 pensamientos sobre “Capítulo I: El cuento

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